Ley de Tesler
La Ley de Tesler (Lawrence G. Tesler o Larry Tesler 1985) que también la oiremos como Ley de Conservación de la Complejidad, dice que en cualquier sistema hay cierta cantidad de complejidad que no se puede disminuir.
La ley de Larry Tesler, también es conocida como la Ley de la Simplicidad, se refiere a la idea de que la simplicidad es una de las principales cualidades que debe tener un buen diseño. Según Tesler, un buen diseño es aquel que es lo suficientemente simple como para que cualquiera pueda usarlo, pero también lo suficientemente complejo como para que no te aburra.
La Ley de Tesler y la Experiencia de Usuario
Esta ley, aplicada a los productos digitales, afirma que un diseñador UX puede aumentar su tiempo de trabajo en intentar reducir la dificultad que existe en un proceso, aplicación o producto en lugar de asumir que el usuario se puede permitir usar unos segundos extra en completar lo que quiera que quisiese hacer en el producto que ha diseñado. ¿Merece la pena invertir ese tiempo extra?
Aplicar la ley de la simplicidad al diseño de la experiencia de usuario tiene muchos beneficios.
- En primer lugar, ayuda a asegurar que el diseño sea intuitivo y fácil de usar.
- En segundo lugar, ayuda a reducir la cantidad de tiempo y esfuerzo necesarios para completar una tarea.
- En tercer lugar, también puede ayudar a mejorar la satisfacción del usuario y la calidad del producto.
Ejemplo de aplicación de la Ley de Tesler
Un ejemplo de cómo se puede aplicar la ley de la simplicidad al diseño de la experiencia de usuario es el siguiente:
Supongamos que estás diseñando una aplicación móvil para un restaurante. Si la aplicación es demasiado simple, el usuario puede tener dificultades para encontrar la información que necesita. Por ejemplo, si la aplicación sólo tiene una página con el menú del restaurante, el usuario tendrá que buscar la información sobre la dirección, el teléfono, etc. Por otro lado, si la aplicación es demasiado compleja, el usuario puede sentirse abrumado por la cantidad de información y no saber por dónde empezar.
La clave para diseñar una buena aplicación móvil es encontrar el equilibrio entre simplicidad y complejidad. Por ejemplo, la aplicación debe tener una página con el menú del restaurante, pero también debe tener una página con información sobre la dirección, el teléfono, etc. De esta forma, el usuario podrá encontrar la información que necesita de forma rápida y fácil, sin sentirse abrumado por la cantidad de información.
Bibliografía
- Imagen de cabecera: Vector de red neuronal creado por rawpixel.com – www.freepik.es